Unos duendes que vivían en el famoso Castañar de El Tiemblo, poco a poco se fueron aventurando en los jardines del pueblo buscando nueva magia en los niños tembleños.
El artesano de la madera Jose Luján, con cuidado esmero y genial dedicación les va construyendo un poblado para que puedan vivir alegres y contentos, esperando las visitas de niños y niñas para así compartir aventuras y su mágica sabiduría, adquirida durante generaciones bajo la protección de castaños centenarios.